El Circo

Phineas Taylor Barnum en el año de 1871 transformó el circo en un negocio y lo llamo El Espectáculo más Grande del Mundo, durante ciento trece años el circo no sufrió mayores cambios, se mantuvo teniendo como sustento las habilidades de trapecistas, la comicidad de los payasos, la doma de animales salvajes y algunas atracciones como la mujer barbuda, el hombre más fuerte del mundo y otros similares. Pareciere ser difícil que a partir de ese espectáculo se pudiera crear algo adicional; sin embargo, ésto se hizo posible en el siglo pasado.

A partir de un pequeño grupo de hombres subidos en zancos en 1984, 'el club de los tacos altos', 'Le club des talons hauts', que actuaba en los pueblos y calles de Québec, Guy Laliberté reinvento el circo y nació El Circo del Sol, Cirque du Soleil, que ofrece hoy un espectáculo único que atrae a un selecto público en todo el mundo.

Quién iba a pensar que las viejas carpas de los circos, la mayor de ellas en México, negocios familiares, se transformarían en un gran espectáculo, único, resplandeciente y verdaderamente sorprendente. Sin duda hubo que crear una nueva generación de gente talentosa y para mi, definitivamente genial, ¿por que?, lo único que faltaba para que naciera el Cirque du Soleil era el genio, vamos, la gran capacidad de imaginar cosas y hacerlas posibles, así de sencillo.

Los ingredientes del Cirque du Soleil son casi los mismos que los de los circos tradicionales, justamente en el casi esta la diferencia, porque lo que agregó Guy Laliberté revolucionó el espectáculo: Tecnología, Arte y Dirección. La tecnología es parte importantísima de esta reinvención del circo, nunca hubiéramos soñado que en un escenario pudieran coexistir millones de litros de agua, luces y sonido que nos hacen transportarnos a un mundo acuático inimaginable. La música, la continuidad, toda la iluminación y los actores con talentos únicos en el mundo aportan ingredientes que se conjugan en una sola palabra: Arte. Difícilmente podría uno despegar la vista de ese escenario tan cautivador, tan apetitosamente apreciado, sin lugar a dudas una verdadera fusión del teatro y el circo.

En todas las empresas existe talento, es obligación de la dirección el descubrirlo, alentarlo y cultivarlo. El respeto y reconocimiento a las personas que hacen las cosas bien y que generan resultados, es indispensable y obligatorio, ¿Cómo podría una empresa ser exitosa sin gentes talentosas?, imposible simplemente.

Hoy en día Cirque du Soleil es una multinacional que se ha presentado en más de 130 ciudades en el mundo y ha sido vista por más de 30 millones de espectadores.

En este momento, este ‘redescubrimiento’ factura más de 350 millones de dólares al año y está haciendo un programa de inversión de 640 millones de dólares que serán destinados a construir complejos de diversión. Aquí es donde se establece la diferencia: el tamaño de este nuevo negocio.

En la actualidad Laliberté tiene 45 años, tenía tan sólo 25 años cuando fundó el Cirque du Soleil y yo pregunto ¿Dónde estaban todos los grandes empresarios de espectáculos del mundo?, muy fácil, pensando en el presente e ignorando el futuro. Se ha sabido de grandes industrias que no se han adaptado a la exigencias de sus propias empresas y han dejado que otras sean las que aprovechen el camino andado por ellas; la industria textil no inventó las fibras sintéticas que durante mucho tiempo mandaron a la lana y la seda a los armarios, el chocolate se descubrió en México y no es para nada el mejor del mundo y así muchos ejemplos más.

Descubramos dentro de nuestras empresas ese potencial y aprovechemos las oportunidades, si no lo hacemos, llegará un Laliberté que con legitimidad ocupara nuestro espacio. Que no se nos olvide Talento, Tecnología y Arte. Esas son las claves esenciales.

02 Marzo, 2004